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Acerca de la FAUD

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Ubicación

Sede Centro
Fac. de Arquitectura, Urbanismo y Diseño – Centro de la Ciudad
Av. Vélez Sársfield 264 – CP 5000 – Córdoba – República Argentina
Tel: (54 351) 4332091 – 96 — Fax: (54 351) 433-2092


Sede Ciudad Universitaria
Fac. de Arquitectura, Urbanismo y Diseño – Ciudad Universitaria
Av. Haya de la Torre s/n – Ciudad Universitaria – Córdoba – República Argentina
Tel: (54 351) 5353640


Planos edificio Ciudad Universitaria

Planta baja

Primer piso

Segundo piso


Historia

Escuela de Arquitectura

En 1931,  se creó la Escuela de Arquitectura, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Posteriormente, en 1944, el plan de estudios se adecuó a las nuevas tendencias, llevando la carrera a seis años con la incorporación de un trabajo final y de nuevas asignaturas como “Urbanismo” y “Planeamiento”.

Hasta aproximadamente 1950, la Escuela estaba basada en la estructura general de las Ecoles de Beaux Arts, sobre todo la de París. El plan de estudios, las temáticas de las materias de diseño y las prácticas de taller aplicaban el diseño tipológico y el diseño por elementos de arquitectura. Dicha práctica de taller daba por resultado objetos abstractos, sin determinación de su localización y tampoco de la necesidad social que planteaba una demanda concreta.

La Escuela también tomó algunas características del modelo de la Ecole Polytechnique de París del siglo XIX, tal como la estructura en asignaturas del plan de estudios, dando mayor importancia a las materias técnicas o a las teorías, a la filosofía de la arquitectura o a la historia, en detrimento del “atelier”, de la práctica artística del dibujo y del taller que imperaba en la enseñanza Beaux Arts.

Debates de principios del siglo XX

A partir del debate latinoamericano que se desarrolló desde 1910, se incorporó un acercamiento a las tradiciones nacionales, regionales y locales, valorizando las formas de la arquitectura colonial.

Así, alrededor de 1910, la arquitectura americana se difundió mediante los Congresos Panamericanos que se iniciaron en los años ’20 y que fueron la palestra donde se suscitaron los choques ideológicos entre academicistas y neocolonialistas, entre historicistas y modernos y entre eclécticos de todo tipo.

Ciertos temas más utilitarios merecían una arquitectura clásica depurada de ornamentación o, más adelante, una expresión Art Déco. Así, los temas referidos al nuevo equipamiento urbano podían acercarse a la arquitectura moderna sin prejuicios. Hacia fines de 1930 y durante la década del  ’40, se generó una nueva conciencia crítica en los jóvenes estudiantes, poniendo en tela de juicio los principios del sistema del Beaux Arts, no válidos para la resolución de problemas modernos.

Facultad de Arquitectura

En este contexto, la creación de la Facultad de Arquitectura, a mediados de los 50, introdujo la pequeña escala y el tema de la vivienda en los primeros cursos. La casa y los edificios, temas menospreciados anteriormente en la Escuela, se convirtieron en los referentes para los cursos iniciales e intermedios.

Así se oficializó la creación de  la Facultad de Arquitectura y Urbanismo en el año 1954, por iniciativa del entonces consiliario en el Honorable Consejo Superior y decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC, Ing. – Arq. Ángel Lo Celso,  por medio del Decreto del Poder Ejecutivo nº 21005/54.

En 1956,  se formuló un nuevo plan. Las principales líneas se concretaron en el interés por la relación de la arquitectura con la realidad social, acompañada de la posesión de conocimientos teóricos y una importante preparación humanística general (que se impartía desde las asignaturas Historia de la Arquitectura, Urbanismo, Introducción Cultural y Teoría de la Arquitectura).

En tanto, la materia Urbanismo aportó la idea del planeamiento (planes reguladores), buscando reencontrar la ciudad ordenada y jerarquizada, que el embate de la modernidad sin control empezaba a socavar. La carrera se estructuró en tres ciclos: ciclo preparatorio, (de carácter introductorio a todas las asignaturas) ciclo medio, (en el que se impartían los contenidos de la formación profesional, paulatinamente más complejos desde la composición arquitectónica simple a la composición del paisaje, al diseño de interiores, y de equipamiento y al urbanismo, la historia de la ciudad y el diseño urbano), hasta llegar al último ciclo en el sexto año con Trabajo Final o Tesis de Grado. Esta instancia se configuró como asignatura única a ese nivel y consistió en una propuesta integral de diseño.

En los cambios propuestos en el plan de estudios de 1956, se puede observar la rebelión contra la Arquitectura prescriptiva y canónica de la Escuela. El funcionalismo que lo caracterizó, más que el cambio en las asignaturas, provocó un cambio rotundo en el enfoque con que se encaró a la enseñanza.

Después de 1956, se inició la mencionada “década de oro” para la enseñanza de la Arquitectura en Córdoba.

Planes de estudio

Taller totalPlan 1976Plan 1986Plan 2007

A fines de los años sesenta, en el marco de la crisis político-institucional que atravesaba el país, se introdujeron una serie de cambios en la enseñanza de la facultad conducentes a una mayor integración de los conocimientos impartidos en las áreas, que confluyeron en el taller de síntesis o taller total. Ésta idea revolucionaria representó avances notables en el campo de la llamada “síntesis”.

Los docentes de todos los campos, conjuntamente con los alumnos, participaban en el proceso completo del curso: la programación, el análisis, la búsqueda de partido, el desarrollo del proyecto y la evaluación. El plan de estudios insertaba la carrera de Arquitectura en la estructura funcional de este taller total mediante de la interacción de tres subsistemas articulados: ciclos, áreas y campos de conocimiento.

La carrera estaba estructurada en tres ciclos (básico, medio y superior) y en cuatro áreas (diseño, tecnología, ciencias sociales y síntesis). Esta organización académica se mantuvo hasta abril de 1976.

En 1976,  se propuso un plan de estudios similar al anterior al año 1970, con ajustes para acentuar el área tecnológica. Este plan constaba de 29 materias obligatorias, las cuales se organizaban en tres áreas de conocimiento: Socio-cultural, Técnicoconstructivo y Arquitectura conforme los criterios establecidos en la Resolución del Ministerio de Educación nº 740/75.

Restaurada la democracia en 1983, se retomó la participación de los claustros en el gobierno de la Facultad, se reforzó el área de proyectos, se impulsó la investigación y se reformuló el plan de estudios. Los centros e institutos de investigación contribuyeron al desarrollo académico y de extensión.

La Comisión Especial designada por Resolución nº 305/84 analizó los principales déficits de la estructura académica vigente y formuló una propuesta de reestructuración de contenidos del plan de estudios, a fin de adecuar la carrera a la formación de un egresado acorde a las necesidades propias de nuestro país, su situación económica social, la realidad inmediata y posibles previsiones de futuro.

El plan de estudios aprobado por el entonces decano normalizador, ordenanza nº 28/85 (Res. HCS nº 33/85), buscó preparar al estudiante para dar una respuesta profesional comprometida con la realidad nacional, motivando la investigación permanente de nuevas propuestas y el desarrollo de una vocación de servicio para el apoyo a la comunidad y su administración.

Las modificaciones respondieron a criterios acordados en la reunión de decanos de  las distintas facultades de arquitectura de universidades nacionales, agrupadas en Codfaun, y tuvieron por objeto establecer contenidos formativos básicos comunes a todas las facultades nacionales, atendiendo a que todos los egresados del país deben tener una formación similar, dado la necesaria igualdad en los alcances de los títulos.

Asimismo, se pretendió establecer, por cuenta de cada facultad, un conjunto de conocimientos organizados como disciplinas electivas (a modo de pre-especialización) que completaran la formación de grado. Al mismo tiempo, la oferta académica se amplió con la creación de la carrera de Diseño Industrial en el año 1989 (resolución HCS 233/89), instrumentada en 1991. Cuatro años después, la facultad incorporó a su nombre la palabra “Diseño”. Tab 3 content

En el año 2007, se procedió a una nueva reformulación del plan de estudios, en este caso para la carrera de Arquitectura y Urbanismo, la cual estableció una duración de seis años y el desarrollo de una tesis de grado, como exigencia para la graduación.

La carrera quedó organizada académicamente en una estructura constituida por tres ciclos (básico, medio y superior), agrupados en un total de sies niveles o años.

Según se estableció, este nuevo plan de estudios se diseñó para formar profesionales arquitectos, los cuales puedan prever, estudiar y resolver problemas relativos al hábitat construido y por construir.

“El arquitecto es un profesional de la proyectación, ejecución y planificación de espacios y objetos arquitectónicos  y/o urbano arquitectónicos. Incluye los campos de la reflexión teórico-histórica, la expresión y creación formal, la investigación y perfeccionamiento tecnológico, el estudio y consideración de los recursos materiales, económicos y de gestión, necesarios para la concreción de las obras”, indica el documento del plan 2007 en el apartado Enfoque del plan.

“Para tal fin, se vale de instrumentos conceptuales, procedimientos científicos y manejo de herramientas metodológicas y de representación, de expresión y de comunicación de la imagen e ideas concebidas, emergentes del estudio integral de los problemas puestos a consideración del profesional para su solución”, dice el texto.

Así, las asignaturas de la carrera desarrollaron distintas estrategias didácticas basadas en una programación de actividades, cuyo objetivo es estimular la expresión gráfica, oral y escrita, la creatividad, el desarrollo de la capacidad de concreción/abstracción y la participación de los estudiantes.

En el nuevo plan de estudios, se reforzó la modalidad de taller, característica esencial de la carrera de arquitectura, como experiencia de enseñanza y aprendizaje de forma gradual e involucrando la interacción entre docentes y estudiantes. El taller es un espacio de producción y de reflexión permanente sobre las ideas arquitectónicas, los criterios que orientan la resolución del proyecto y las propias elaboraciones de los alumnos.